viernes, 19 de febrero de 2010

UN DEPORTE OLVIDADO


Este es el equipo que en 1978 obtuviera el campeonato mundial de hockey sobre patines en San Juan. Aparecen parados, de izquierda a derecha, Santos Alvarez, director técnico; Trivisono; Saúl Saidel, integrante del Comité Ejecutivo; Raúl Martinazzo; “Cola” Andino; Mario Agüero; Daniel Martinazzo y el profesor Luis Jorge Anea. Hincados, Maldonado, Mario Rubio, Héctor Peña, Héctor Pérez, Julio Briones y Carlos Coria (Foto proporcionada por familia de Santos Alvarez).

BUENOS AIRES -- El hockey sobre patines es el deporte más olvidado y maltratado de la enorme familia deportiva argentina. No promueve multitudes, como el fútbol, ni atrae el interés del básquetbol, el tenis, el rugby de Los Pumas, el boxeo, el automovilismo, el hockey sobre césped femenino de Las Leonas o el voleibol. Vive como puede y, cada dos años, consigue cierta divulgación al son de los eventuales mundiales.
Muchos no deben saber, por ejemplo, que el hockey sobre patines posee el mejor historial argentino en competencias por equipo del planeta tierra. Para que todos lo sopan: tienen 19 podios en 26 campeonatos mundiales, una marca más que envidiable.
Vamos a los números. Fríos, como siempre, pero reveladores. Jugó 10 finales. Obtuvo 4 títulos (197, en San Juan; 1984, en Novara; 1995, en Recife; y 1999, en Reus). Fue 6 veces fue subcampeón (2009, en Vigo; 2005, en San José; 2001, en San Juan; 1997, en Wuppertal; 1980, en Talcahuano; y 1976, en Oviedo). Para cerrar: en 9 oportunidades ocupó el tercer escalón del podio, en 5 el cuarto y en 2 el quinto lugar.
A esto se debe agregar la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, donde el hockey sobre patines participó como deporte exhibición. En aquella ocasión venció a a España en el match decisivo, ante la presencia del catalán Juan Antonio Samaranch (presidente del COI en ese momento) y el Rey Juan Carlos, ambos apasionados ex jugadores de este deporte.
Su trayectoria parece surgida de una trama de ficción. Fui testigo de la escritura inicial, cuando allá por 1960 encomendaron a este naciente periodista a cubrir una información. Recuerdo cuando el lírico dirigente Menéndez me dijo: "Hipotequé mi casa para enviar al seleccionado al Mundial de Madrid. Creo en nuestro hockey y quiero saber cual es el nivel ante los conjuntos europeos".
Seis porteños (Héctor Peña, Héctor Lahitou, Alberto Peruffo, Ricardo Pérez Colomé, Rodolfo Lombino, Desiderio Serfatti) y cuatro sanjuaninos (Héctor Hugo Victoria, Santos Álvarez, Rubén Alonso, Miguel Fraifer), con la dirección técnica de Licerio Lahitou, junto a Menéndez, emprendieron la quijotesca empresa.
Sorprendieron de entrada al vencer a Italia. Perdieron ante los dos colosos: España y Portugal, ganaron seis encuentros y empataron uno. Finalizar terceros en el torneo constituyó una sorpresa no sólo para ellos. Los europeos estaban impactados con la calidad técnica del patinaje del plantel, con el talento de Ricardo Pérez Colomé y la prestancia de Peruffo y los invitaron a jugar en varias ciudades españolas y portuguesas.
También fueron medallas de bronce en 1966 (San Pablo) y 1968 (Oporto). El Pelado Victoria cerró su campaña como capitán, en San Juan 1970. A la vez, sin darse cuenta, abría una nueva era de su deporte favorito en su ciudad natal, donde los patines de cuatro ruedas habían sido parte de sus juegos infantiles entre los escombros del terrible terremoto del 15 de enero de 1944, que había destruido la ciudad por completo.
SAN JUAN, CUNA DEL HOCKEY SOBRE PATINES
Se dice que los bebes en el Río de la Plata nacen gritando gol apenas salen por entre las piernas de la madre, signo evidente de la pasión por el fútbol.
Pablo Álvarez
EFE Argentina obtuvo un muy buen subcampeonato mundial
Pero en la provincia de San Juan, cuya capital del mismo nombre está a 1150 kilómetros al oeste de Buenos Aires, también nacen gritando gol, aunque con patines en los pies y un stick en la mano.
El relato no alcanza para explicar por completo las razones por las que este deporte encuentra en San Juan la cuna de sus más grandes jugadores. Pero desde el exterior, la mirada de las potencias europeas certifica la calidad de la cepa que aquí se cultiva.
Durante el Mundial de San Juan 2001, el técnico español Joseph Catxo Ordeig Cassals, considerado el mejor entrenador del mundo, comentó: "Lo que ocurre aquí, en San Juan, es algo anormal. Parece que nunca se le van a acabar los buenos jugadores. No existe país que tenga la afición que tiene San Juan. Quizá debe ser una cuestión histórica, porque en cada rincón de la ciudad hay una cancha de hockey sobre patines y eso no ocurre en otro lugar del mundo".
Ahora, en Vigo, como parte de la Federación Española, Casals mantuvo el concepto de la reproducción de valores como si fuesen hongos. Ocho años antes, frente a los problemas económicos y las divergencias entre los dirigentes, había dicho: "No es una cuestión de disponer de muchos recursos para apoyar y desarrollar el hockey. Hay muchos países que tienen medios económicos y que están lejos de las potencias. Y Argentina sin dinero es una potencia mundial en el hockey sobre patines".
En aquel 2001, el técnico completó su concepto: "El jugador argentino tiene una técnica y una habilidad únicas. Ellos juegan como lo sienten, sin ataduras de esquemas tácticos. Juegan sobre la base de su inspiración. Poseen algo de fantasía, de creación, que a los demás carecen. Tienen la habilidad de la improvisación y eso es lo que se valora. Al fin y al cabo, es lo mismo que se busca en el futbolista argentino."
LA EXPLOSIÓN DE LA DÉCADA DEL 70
Terceros en La Coruña (1972) y Lisboa (1974). Subcampeón en Oviedo (1976). Exactamente el 11 de noviembre de 1978, San Juan disfrutó de su fiesta inolvidable. Luego de disfrutar a la distancia el primer Mundial de fútbol, el estadio central del Parque de Mayo vivió su primera y jamás olvidada conquista internacional: venció a España por 3 a 1 (score similar al de la conquista futbolera frente a Holanda), con goles de Daniel Martinazzo, Mario Agüero y Carlos Coria.
San Juan, a partir de 1970, fue una permanente cantera de jugadores habilidosos y más de un centenar se convirtió en profesionales jugando, en distintas épocas, en clubes de Italia, España, Portugal y, en menor cantidad, en Suiza.
El primer jugador argentino en ser contratado en Italia fue el porteño Quico Salcedo y el segundo, el sanjuanino Raúl Héctor Martinazzo, el referente, el punto de partida del vendaval de victorias y campeonatos que este tipo de hockey alcanzó en el mundo.
Su hermano menor, Daniel Domingo Martinazzo, fue el Maradona del hockey. Ganó casi todo. Fue campeón de infantiles e inferiores en su club y en las selecciones provinciales; campeón argentino de selecciones, de clubes, sudamericanos, rioplatenses, mundiales y torneos europeos jugando para Liceo Caixa Galicia, de España, y Castiglione, Pescaia y Verccelli, de Italia. Olimpia de Oro y Premio Konex.
En los últimos 31 años, se encolumnaron detrás de Daniel Domingo valores notables. Teniendo como sello un caño o una gambeta, con el alma del potrero de Francisco Panchito Velásquez, otro incomparable malabarista. José Luis Páez, el Negro Paéz, que ganó todas las competencias de hockey sobre patines, incluido el Mundial de Clubes y en Barcelona, el mismo de Messi, es considerado el Gardel del hockey.
Tampoco debemos olvidar al arquero Juan Oviedo o Mario Rubio, líder de Mendoza, donde surgieron siempre los mejores defensores. Y menos aún a Miguel Gómez, el director técnico desde 1982 hasta 2001.
Con el zonda en las entrañas y el fuego sagrado del deporte, la selección argentina construyó su grandeza con humildad. Con merecimientos propios. Iluminó ojos, encendió aplausos y marcó la página histórica más importante de esta región.
Así, en última instancia, todos los bebes argentinos terminan por parecerse a los cuyanos. A pesar de las diferencias del caso, los dos gritan gol de la misma manera.

PRINCIPIOS DEL HOCKEY SOBRE PATINES EN EL MUNDO





El hockey sobre patines nació en Chicago, pero en el primer lugar que apareció el hockey es un dibujo tallado en una tumba egipcia del valle del Nilo.
El primero en tocar un tema relacionado con el patín fue Hans Brinker, que ideó y construyó la primera rueda metálica para patín en el año 1733. Estas ruedas se colocaron en un patín con llanta metálica creado por Joseph Lundsen, pero se dejó de lado por las muchas imperfecciones que tenía y pronto se olvidó. En 1760 Joseph Merlin ideó la rueda metálica que fue el percusor de las actuales. En Londres las comercializó. También en este año presentó su invento en un desfile de modas, pero al ser el suelo de parquet las ruedas lo estropeaban. Después de Merlin hubo otras personas: Luis Van Lede en 1790 fabricó las ruedas "patín terre" que fueron un fracaso; en 1813 Jean Garcin patentó las ruedas de madera con el nombre de "Cingar"; también destacaron Pettibled en 1819, Tyre en 1823 y kubler en 1834, aunque los tres fracasaron.
En 1867 el invento de Garcín de las ruedas de madera fue recogido por unos industriales ingleses que lo perfeccionaron. James Leonard Plinton los patentó en Nueva York, pero con el acoplamiento de un taco de caucho en la parte delantera que permitía frenar cuando ibas hacia atrás y arrancar para delante. En 1867 se abrió en parís el primer centro de patinaje para la aristocracia. A partir de aquel momento empezaron a haber muchas pistas, de madera (por ser el material más resistente a las ruedas de madera), en toda Europa. Edward Crawford introdujo este deporte en Europa a principios del siglo XX con una adaptación del hockey sobre hielo a los suelos de madera europeos. Se hizo muy popular en Inglaterra y en 1905 se fundó la Amateur Hockey Asociation, que originó la Asociación Nacional de hockey en 1913. El hockey empezó a extenderse por el resto de Europa, sobre todo en Suiza y Francia, pero hasta 1924 no se organizó internacionalmente. Fred Renkewitz creó la Federación Internacional de Roller Skating (FIRS) en Montreux (Suiza), reuniéndose los representantes Suiza, Francia, Alemania y Gran Bretaña. Años después entraron Bélgica, Italia, Portugal y España en 1946, pero en Barcelona se practicaba desde 1915, y además desde 1928 Cataluña tenía su federación regional. La primera Copa de Europa de clubes se disputó en 1926, y en 1936 se inició el Campeonato del Mundo. Antes de la II Guerra Mundial, Inglaterra era el mejor país, pero a partir de 1947 empezaron a ganar Portugal, España e Italia en las competiciones internacionales. En Sudamérica el mejor equipo fue Argentina.